La sostenibilidad está basada en la satisfacción de las necesidades del presente sin por ello comprometer la capacidad de las futuras generaciones. Se debe además garantizar el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social para poder desarrollar proyectos de diseño sostenibles. Partiendo de esta base, y ante una presión creciente de la sociedad hacia un mayor respeto medioambiental y mayor implicación social, el sector del mobiliario se enfrenta a grandes retos de mejora de procesos de fabricación y logística. ¿Qué es necesario para considerar al mobiliario como sostenible?
¿Qué pide el cliente?
Las personas hemos tomado consciencia de que una sociedad mejor es posible. Queremos vivir en ambientes más cercanos a nuestra esencia, estar cerca de la naturaleza y rodeados de un entorno social desarrollado. La tecnología nos permite comparar y valorar los objetos que queremos comprar, aportar información sobre los objetos a través de la realidad aumentada, donde podemos ver el mueble situado en nuestra casa. Pero una de las exigencias que demandan los consumidores es tener conocimiento de aquello que compramos de una manera transparente. Queremos saber dónde se ha fabricado, con qué materiales, cuáles son las condiciones de los trabajadores y cuál ha sido la huella de carbono para su fabricación y transporte.
Economía circular para un mobiliario más sostenible
La cultura del exceso, del usar y tirar, que durante años ha reinado en los productos de consumo, se apaga en favor de una mentalidad de compra más consciente. Las empresas que promueven el cambio para reducir el impacto que dejamos en el planeta son cada vez más valoradas. Es posible y necesario diseñar productos teniendo en cuenta su vida útil y planteando programas de upcycling, o reutilización creativa, de los residuos que generan.
No limitemos el concepto de diseño de mobiliario sostenible al uso de materiales reciclados, maderas procedentes de bosques controlados o utilización de materiales reciclables de forma económica. La sostenibilidad abarca mucho más. Desde utilizar materiales de proximidad en los procesos de fabricación, hasta Incluir en el precio el reciclado de los productos, por parte de la empresa, al final de su vida útil. Además, la sostenibilidad ha de tener en cuenta la mano de obra utilizada en cada fase e incluso la generación de margen suficiente para cada stakeholder. La sostenibilidad abarca pues no solamente factores medioambientales sino también factores sociales y económicos.
El reto avanza pues hacia la creatividad más allá de la expresión estética. La capacidad de innovación en la fase de fabricación o en la selección de materias primas pueden ser claves en la creación de un diseño innovador donde la economía circular va a jugar un papel determinante en el futuro. Para ello, el proceso de design thinking tiene también su aportación a la mejora de productos, mejora económica y mejora de procesos. Mediante el análisis de uso por parte del cliente seremos capaces de alargar la vida de nuestros muebles. Si lo hacemos conseguimos reducir las emisiones nocivas que provocan una sociedad consumista basada en el usar y tirar. Ser capaces de diseñar y fabricar muebles que puedan perdurar estéticamente y funcionalmente es también un proceso sostenible.